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Travesía Natural

Por: Sebastian Duarte

A sólo 45 minutos de distancia de Barranquilla se encuentra el corregimiento de Paluato, Galapa. Llegar a este lugar es una travesía natural. El camino se vuelve largo por la cantidad de parques logísticos que tiene la Troncal del Caribe y, cuando finalmente se observa un desvío en la carretera, se adentra finalmente al contexto sociocultural de Galapa. Este es un municipio que ha sido transformado por las inversiones extranjeras y ha dignificado su economía local. Sin embargo, en el proceso ha destruido gran parte fundamental de su ecosistema terrestre. En unos cuantos metros más se cruza la carrera 16 y, en aproximadamente 6 kilómetros en línea recta, se llega a Paluato. Después de recorrer el casco urbano de Galapa, los centros vacacionales, las fincas con ganado y una gran laguna, se encuentra un parque desolado, vacío y lleno de una arena amarillenta que anticipa uno de los tesoros escondidos del Atlántico.

El corregimiento de Paluato es un territorio indígena y ancestral por tradición que reúne a varias familias autoritarias en su cultura. Ubicado exactamente en la vía que conecta a Galapa con Guaimaral están las pocas casas, la escuela, una ferretería y dos tiendas que comprenden toda la urbanidad del lugar. Allí hace presencia la Fundación Butterfly Caribe como entidad que busca explorar y trabajar con actividades sostenibles con el medio ambiente. Justamente en el sentido norte del parque de Paluato, debajo del letrero que anuncia el cambio de municipio se encuentra este destino. Al llegar, un sendero estrecho de 100 metros rodeado por plantas, da la bienvenida junto a mariposas de colores y diversas especies de insectos.

Como lo expone la fundadora de Butterfly Caribe, Marlene Chávez, el proyecto nace bajo la necesidad que tienen los habitantes de Paluato por obtener una mejor calidad de vida. Estando en la fundación es inevitable notar la reivindicación que ha tenido la comunidad en pro de conservar y generar desarrollo social a partir de los beneficios que les brinda su diversidad natural.  

El investigador John Ortega exhorta a su madrina Marlene a crear un mariposario. Después de aceptar, deja la vida urbana y pone en marcha el “proyecto de su vida”. Inicia su desarrollo en 2020, a sólo unos cuantos meses previos a la pandemia del COVID-19. Al encontrarse con el problema de sanidad más reciente que ha vivido el mundo, cerrar el mariposario fue su única opción.  

No todo fue negativo, en el tiempo pudo descubrir y establecer alternativas para subsistir y sacar a flote el nuevo mariposario. Además, instauró su misión como fundación ecológica en el departamento del Atlántico. 

En general, la fundación tiene como misión cuatro pilares: el primero es generar espacios de educación ambiental para el departamento; el segundo es lograr el biocomercio a través de alianzas con emprendedores que buscan proteger la naturaleza en Paluato y Guaimaral; el tercero es el social, para que la comunidad cercana conozca la importancia de preservar el ecosistema, y el cuarto es el investigativo, en donde las universidades locales estudian las plantas endémicas que habitan en la región. 

La zoocría de mariposas para su comercialización es la meta principal de la fundación; sin embargo, no cuentan con los permisos necesarios. Por esta razón, reciben donaciones a cambio de la actividad de liberación de mariposas, que genera una entrada económica significativa para la comunidad. Asimismo, el turismo ecológico con actividades de senderismo, la compra de cestería hecha a partir del bejuco, la producción de medicina natural y muchas otras actividades derivadas de la naturaleza ya se realizan a pequeña escala en Paluato. Lo anterior es gracias al despertar ecológico, social y económico que ha tenido la comunidad en los últimos meses. 

Teniendo en cuenta que el paluatero es por naturaleza protector de su tierra, también hay casos en los que prima obtener un sustento económico y se es indiferente a la defensa de las plantas y animales. La producción de carbón vegetal, construcción indiscriminada, quema ilegal y la caza furtiva siguen vigente por parte de pequeños grupos en la zona.

El posible tesoro perdido de Paluato

Butterfly Caribe funciona como una red de actividades sostenibles que se ha mantenido en pie con el esfuerzo de sus fundadores y voluntarios. Sin embargo, se enfrenta al posible riesgo de convertirse en el tesoro perdido de Paluato.

Perfiles

“Mientras muchos cerraron nosotros llegamos a abrir, las alas de las mariposas llegaron a abrir”

“No hay un apoyo como se le debe dar a este tipo de proyectos que generan cambios sociales y ambientales”

Como indígenas nosotros somos guardianes de la tierra”

Estamos acá en el Atlántico y pensamos que acá no hay descendientes de la etnia Mokaná”